Nuestro plan

  
 


 Ruta completa en Bikemap

  

     Nuestra próxima aventura es un cóctel integrado por naturaleza, historia, religiosidad, arte y una convicción profunda: comprender un mundo aparentemente antagónico, disfrutando y compartiendo nuestra experiencia con todos aquellos que lo deseen.

     El plan consiste en recorrer cerca de 1.500 km en bicicleta, partiendo de Kagoshima y llegando a Osaka. El itinerario elegido dista mucho de ser una ruta cicloturista más. Forma parte de un proyecto, gestado a lo largo de un lustro, durante el cual se recopilarán documentos y testimonios gráficos que van a completar una tesis doctoral dirigida al estudio del llamado “siglo cristiano de Japón”. Un pedazo de historia tan asombroso como desconocido, ambientado en el Japón de los samuráis, con jesuitas abrazando el budismo, con un Felipe II soñando con la conquista del lejano país del Sol Naciente, donde los europeos (especialmente españoles y portugueses) pretendieron manipular a los japoneses, sin atisbar siquiera la catástrofe en que desembocarían sus acciones: ejecuciones, martirios, destierros, el cerrojazo de un país que optó por aislarse del mundo durante 250 años.

     En nuestro viaje, recorreremos los lugares clave durante aquel siglo, aquella primera globalización: Kagoshima, lugar donde arribó Francisco Javier; Nagasaki, ciudad portuguesa; Kobe, centro artístico de estilo renacentista; Osaka,  en cuyo castillo ardieron las esperanzas de un Japón enteramente cristiano, etc…

     Para ello, rodaremos durante cinco semanas, entre el 8 de agosto y el 13 de septiembre de 2012, recorriendo los antiguos caminos (muchos de ellos hoy disfrazados con brea) por los que circularon los personajes de tan increíble historia, deteniéndonos en los museos, archivos y bibliotecas que cobijen algún recuerdo de aquella época. Lo haremos luchando contra los elementos, en pleno monzón de verano que nos dejará mucha lluvia y esperemos que pocos tifones.

     ¿Por qué lo hacemos?

     O mejor dicho, ¿por qué hacerlo en bicicleta? A lo que respondemos con preguntas: ¿acaso puede conocerse una región encerrado en una sala de lectura? ¿Es posible enamorarse sólo con lo que otros han contado? ¿Se puede escribir sobre la historia de un lugar sin haberlo pisado, sin haber degustado su comida, sin haber charlado con su gente, sin haber contemplado sus valles? 

   

     Después de varias experiencias, podemos concluir que pedalear es el medio óptimo para aprehender una región, con todo su abanico de posibilidades desplegado, y en el menor tiempo posible (variable que, por desgracia, nos impone nuestro mundo actual).

     ¿Cuáles serán los resultados del viaje?

     El equipaje que hace el retorno a casa, siempre es más abultado que el del viaje de ida. Irá cargado de imágenes y documentos que enriquecerán un trabajo serio de investigación histórica. Volveremos con una sonrisa, un sincero agradecimiento hacia todos aquellos que habrán hecho posible el buen fin de esta aventura, habiendo fomentado la cultura, habiendo demostrado que el mundo del deporte y el de la investigación no tienen por qué estar reñidos.

   

     Los resultados podrán contemplarse en dos ámbitos que deberían ser complementarios: por un lado, con la publicación de esa tesis doctoral, que habría quedado coja, manca y tuerta sin ese viaje; por el otro, con la difusión de todos los detalles de la odisea a través de este blog, que será actualizado a diario (siempre que los elementos lo permitan).