Asumimos que ya no vamos a encontrar las gafas, que al fin y al cabo sólo es dinero y ya quedan pocos días para terminar este viaje. Haciendo balance, si lo más grave que nos ha pasado en un mes (más de 1.600 km) que llevamos viajando es haber perdido dos pares de gafas, nos sentimos afortunados. Ni un pinchazo, ni una caída grave, ni un radio roto, ni una lesión muscular. Ayer nos enteramos de que a la pareja de ciclistas con la que compartimos la primera noche en Sakai, un par de polacos que llevan tres años dando la vuelta al mundo, les han robado las bicis en China. Siempre puede ser peor.
Así que desayunamos, montamos el equipaje en las borricas y
nos echamos de nuevo a la carretera. Hoy está previsto desintoxicarnos un poco
de la ciudad y las carreteras con tráfico y tomar un camino alternativo por las
montañas para llegar al lago Biwa, que es más bien un mar interior de agua
dulce.
Para llegar a la inmensa masa de agua encerrada entre
cordilleras tenemos que escalar angostos valles, y los palillos de Gabriel
empiezan a flaquear. Menos mal que Ainhoa se ha traído dos buenos jamones
serranos. Por primera vez en el viaje, Ainhoa encabeza la marcha, lleva el
equipaje más pesado y tiene que esperar a Gabriel en lo alto de las colinas. El
paisaje es, de nuevo, precioso. Remontamos un río hasta llegar al lago, y damos
vueltas alrededor de una isla durante casi una hora hasta que encontramos el
camping que, como otras veces, estaba cerrado. Solo que esta vez estaba cerrado
con valla y cerrojo, así que nos buscamos un rincón apartado, a la orilla del
lago y bajo una secuoya que nos protege de la lluvia.
Después de cenar tenemos una de las experiencias más fuertes
de este viaje. Caminamos has un centro comercial cercano y entramos en una
tienda de regalos. Sencillamente increíble: calzoncillos de unicornios,
escobillas del váter con micrófono incorporado, cubiteras para hacer hielos con
la forma de la cabeza de Alien, un masajeador para afilar la nariz, una figura
de acción de Albert Einstein, un disco con la banda sonora de los videojuegos
más famosos… de todo.
!Que fotos! Gabriel, comprate unas gafas de sol por lo menos. Y traeme un ciervo, me encantan.Kathy
ResponderEliminardan ganas de hacer las maletas o las alforjas y marchar para allá,Gaby no pierdas de vista a Ainhoa, era broma lo de las gafas es una faena,Merche
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