sábado, 1 de septiembre de 2012

Día 25: Niihama - Wakimachi




Destrozamos todos los récords anteriores y nos levantamos a las cinco, pero no por voluntad propia. La alarma antiincendios de la habitación se ha puesto a pitar y no se calla. Ni quitándole la pila. Así que, cuando conseguimos silenciarla, apagamos el despertador y nos quedamos un ratito más durmiendo. No nos importa que hoy tengamos otra etapa de casi 100 km, ni que en medio de la etapa haya que subir una buena montaña. Si no conseguimos cumplir con el objetivo, llamamos a nuestra anfitriona y acampamos en cualquier lado. Lo importante es disfrutar la experiencia, no agobiarse ni morir en el intento. Por si acaso, le escribimos para decirle que por la tarde le avisaremos de si llegamos o no hasta Mima.

La lluvia nos acompaña todo el día, excepto cuando tenemos que subir y, mejor aún, cuando tenemos que descender la montaña. Damos las gracias a los kamis y continuamos nuestro camino por uno de los valles más bonitos que hemos visto hasta ahora, en un ambiente rural, por una carretera sin tráfico. Es una etapa realmente peligrosa: el paisaje atrapa tu mirada y la aparta de la carretera, pero es inevitable. Paramos varias veces para hacer fotos, coincidiendo con los minutos que deja de llover. No hacemos tantas fotos como quisiéramos, no podemos con esta lluvia. Tendréis que venir para verlo.

A media tarde se despeja y luce el sol. Pero no deja de llover. Nos preguntamos dónde estará la dichosa nube que nos está poniendo como una sopa. Llevamos un par de piscinas en las zapatillas, incluso hace fresquete. Al frente, el arcoíris es la puerta de entrada a Mima. Milagrosamente, hemos llegado sin sufrir demasiado, embobados por la belleza del valle, y más pronto que nunca. Nuestra anfitriona, Mika, sale a nuestro encuentro, y disfrutamos con ella y su marido de una cena deliciosa.

Es imposible que todo lo que estemos viviendo sea sólo una racha de suerte continuada. Estamos seguros de estar bendecidos por los kamis. Los echaremos de menos cuando volvamos a España.








4 comentarios:

  1. Otra vez os digo lo mismo, me encanta leeros. El detalle (y foto) del camionero que paró me emociona. Tengo muchas ganas de veros y escuchar todas vuestras experiencias. cada vez queda menos.
    besos, Kathy

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  2. Me tengo que conformar con leeros e imaginarme las cosas, no creo que lo vea físicamente, como digo siempre, escribes también que es como si estuviese allí.Vais a echar de menos muchas cosas cuando volvais,es una experiencia irrepetible.Merche

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  3. ya he encontrado Mima.Hay una fruta típica de alli es amarilla y tiene un nombre que no se me queda.en su día eran especialistas en hacer sombrillas de papel con el mango de bambú,y había como 200 tiendas todas seguidas ahora solo quedan 2.Y es preciosa como todos los sitios que estaais visitando.Merche

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  4. Ese valle fue uno de los más bonitos que vimos en Japón. Para otra vez hay que prepararse para escalar más montañas, son increíbles.

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