No falla. Día de descanso… y abrimos el ojo cuando el sol se
despereza. Sólo que hoy no necesitamos madrugar para aprovechar las horas de
sol, así que cerramos los ojos y seguimos durmiendo hasta que el estómago nos
dice que se acerca la hora de las tostadas.
Mika y Hiro son unos anfitriones geniales, nos sentimos felices
por poder pasar nuestro día de descanso con ellos (y sus perros). Mika ha
planeado un día japonés. Para almorzar, un platazo de ramen en un pequeño
restaurante con el que es imposible quedarse con hambre. Después de comer
volvemos a casa para quitarnos nuestras ropas occidentales y vestirnos con
yukatas, algo así como unos kimonos de verano, aunque mucho más sencillos que
los kimonos tradicionales. Y menos mal que son sencillos, porque Ainhoa y Mika
tardan alrededor de media hora en estar listas. Por no hablar del yukata de
Gabriel, que no tiene ningún misterio, pero se pone los pantalones alrevés y se
queda tan tranquilo.
Y así vestidos Mika nos lleva a recorrer la calle más
antigua de Wakimachi, cuyas casas son completamente de estilo tradicional japonés.
Nos encanta la experiencia, aunque más nos gustaría saber qué piensan los
lugareños cuando ven aparecer por las tranquilas calles del pueblo a unos
extranjeros vestidos con kimono.
A continuación, nos lleva a comer uno de los helados más
ricos que hemos comido nunca, no sé si por el calor que hacía, porque las
vistas son preciosas o porque realmente era muy sabroso.
Volvemos a casa para cambiarnos de ropa, echar una
siestecita japonesa que, hay que reconocerlo, se nos va un poco de las manos, y
que nos deja listos para la noche. Hiro prepara la barbacoa mientras nosotros
vamos a hacer las compras de última hora (entra las que se incluye la
cervecita, por supuesto, y un vino de Rioja). Gabriel vuelve a lucirse con su
tortilla de patatas y Hiro hace lo propio con las brasas. No esperéis la típica
barbacoa, casi sinónimo de carnaza en España. Aquí se echa a la parrilla todo
lo que se pueda comer: pescado, repollo, pimientos, carne, salchichas, ajos…
¡hasta bolas de arroz! Comemos y bebemos felices, y a última hora de la noche
se nos une una encantadora pareja de EEUU, amigos de Mika, que sólo llegan a
tiempo para la última cerveza. Un día inmejorable.
Me hace recordar a la noche de disfraz... (-:
ResponderEliminar:D Yo también me acordé.
EliminarAinhoa
me gusta mucho este dia, es de relax total
ResponderEliminar!Que monos estáis vestidos de japoneses! !Y vaya con la barbacoa hispano-japonés!Kathy
ResponderEliminarEs uno de nuestros días favoritos!
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