jueves, 19 de julio de 2012

¿Y si nos quedamos allá?

     Sólo quedan 20 días. La cuenta atrás, los nervios, las consecuencias de una mudanza precipitada y el trabajo acumulado (sobre todo esto último) están provocando que las últimas entradas estén siendo especialmente breves, y ésta no va a ser una excepción.

     Unos días atrás acogimos en nuestra casa, o mejor dicho, en casa de la madre de Gabriel, a un joven matrimonio que vive en Kobe, una ciudad cercana a Kyoto. Él, austriaco, y ella, australiana, nos hablaron sobre su experiencia en Japón. Según discurría la conversación y la cervecita bien fría, iba emergiendo en nuestras cabezas la idea de ir al otro lado del planeta no sólo para montar en bici. ¡Qué bien sonaba todo lo que decían! Una sociedad honrada, respetuosa y trabajadora; unos gobernantes competentes que, en caso de demostrar que no lo son, dimiten rápidamente o llegan a hacerse el hara-kiri (¡cuántos deberían tomar ejemplo!); un pueblo que ama la naturaleza y la cuida porque sabe que el hombre es parte de ella; hogares en los que el abuelo es quien preside la mesa... Por supuesto, y como en todos los lugares, también tiene sus puntos débiles: la maldita radiación liberada por el hombre y los elementos, la contaminación, la sobrepoblación o la dificultad para dominar el idioma. Pero las perspectivas de futuro no parecen nada halagüeñas en España y quizá sea tiempo de probar otros aires.

     Aunque dicen que las comparaciones son odiosas, por pura curiosidad hemos plasmado algunos datos económicos de varios países en la siguiente tabla (elaborada sin ninguna elevada pretensión), con la esperanza de hacernos una ligerísima idea de cómo ha afectado esta dichosa crisis económica a Japón:




      * En Japón no existe un SMI. El salario mínimo se fija por hora y por sector laboral. El más bajo rondaría los 6€/h.
      **En Alemania no hay un salario mínimo, pero sí un salario base.

 

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