miércoles, 5 de septiembre de 2012

Día 29: Sakai - Nara





Nos lo tomamos con la misma calma que en los últimos tiempos, cenamos unas tostadas con aceite de oliva y sopa miso y nos despedimos de Nozomi. Siempre es bueno volver a casa de un amigo. Le deseamos mucha suerte en la carrera de 20 km por las montañas japonesas, para la que se está preparando. No está mal para alguien a quien no le gusta correr.

Rodamos rápido los escasos 50 km que nos separan de Nara, la capital espiritual de Japón. A pesar de haber salido tarde, llegamos al albergue a primera hora de la tarde, así que tenemos tiempo de sobra para ver el Parque Nara.

Nara fue la primera capital de Japón. Aunque posteriormente fuera trasladada a Kyoto, Kamakura y, finalmente, a Tokyo,  Nara se mantuvo como un bastión de la tradición, desde donde el poder eclesiástico (fundamentalmente budista) trataba de manejar los hilos de la política como lo había hecho mientras Nara había sido la ciudad principal. Por ello, hoy aún pueden contemplarse un gran número de templos, pagodas y santuarios, entre las que destaca el gran Todaiji, con su gigantesca estatua de Buda. Aunque, como ocurría en Miyajima, da la impresión de que lo que van buscando los turistas son los ciervos que merodean por el parque.

Pasamos una tarde inmejorable, recorriendo lugares de ensueño, bajo la luz tamizada por el atardecer (la mejor hora para visitar el parque, que ya se ha vaciado de turistas). De vuelta al albergue, un empleado de la oficina de turismo nos detiene, nos da unos folletos en español y nos pone unas orejas de ciervo en la cabeza para hacernos una foto. Una bizarrada más en este viaje.

La peor parte llega cuando subimos a nuestra habitación, deshacemos la mochila y nos damos cuenta de que no están las gafas de sol de Gabriel. Tendrá que tirar el resto del viaje con las gafas de ver, por mucho que le moleste el sol en esos ojos tan claritos. Pero las gafas de ver tampoco están. Buscamos por todos los lados, deshacemos las alforjas, volvemos al Parque Nara, pero no aparece ninguna de las dos. Y con ese disgusto nos vamos al futón.
















4 comentarios:

  1. Chicos! Me alegra que lo esteis disfrutando tanto! Además habéis hecho que tenga unas ganas tremendas de conocer Japón! jijij Que tal la sensación de dormir en un futón! Dani y yo comenzamos hace menos de 1 mes a dormir en el y estamos encantados! (capricho que tenía Dani para cuando9 se independizara....jejej) Muchos BESOS chavales!! :) - Marta MU -

    ResponderEliminar
  2. Gabi dice que se va a comprar una máscara de soldador de éstas que usan las mujeres de aquí para montar en bici...Martita, me he reído mucho con tu comentario! Nosotros ya somos adictos al futón, ya me dirás dónde lo has comprado :D

    ResponderEliminar
  3. buenasss, qué es un futón?.Ya me resultaba raro que no os dejaseis nada por algún lado.Los cuernos de cirvo jajajaja estais muy simpáticos.Merche

    ResponderEliminar